Paolo Guerrero tuvo un altercado con los hinchas del Werder Bremen después de observar el partido entre el Hamburgo y el equipo de Claudio Pizarro, que terminó igualado 1-1.
A la salida del Weser Stadion, el ‘Krieger’, -que no jugó por estar suspendido-, se dirigió a su moderno Porsche blanco y cuando disponía retirarse del lugar junto a su mamá Petronila Gonzales, unos hinchas del Bremen patearon el automóvil. La reacción del delantero no se hizo esperar. El peruano bajó del carro muy ofuscado y recriminó a los aficionados por su acción, pero lo único que recibió fueron insultos de todo calibre.
Según relata el diario Bild, Guerrero estuvo a punto de irse a las manos pero la intervención de su progenitora y de la policía impidió que la sangre llegue al río.
Hace un mes, Paolo Guerrero protagonizó un escándalo al tirarle un ‘tomatodo’ a un hinchas del Hamburgo. Eso le costó ser suspendido cinco fechas por la Comisión de Disciplina de la Federación Alemana de Fútbol.
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