domingo, 24 de octubre de 2010

Alejandro Sanz Cautivó a 25 mil fans en Lima - Videos

Son las 8:00 p.m. A medida que nos acercamos a la explanada del estadio Monumental resulta fácil presagiar que esta noche será diferente: especial. Aún falta una hora para que Alejandro Sanz ocupe el escenario y nos haga suspirar con sus canciones que llegan directamente a las arterias. La espera se prolonga, las 25 mil personas que colman el recinto están impacientes. Caminamos “Pisando fuerte” a la zona Platinum. Ya falta poco. “Compro entradas”, nos dice un revendedor.


El tiempo parece no avanzar, las horas se hacen eternas, hasta que, a las 9:15 p.m., las pantallas gigantes instaladas al costado del imponente escenario muestran el videoclip de “Looking for paradise”, del disco “Paraíso Express”. La fría noche acompañada de una ligera llovizna empieza a calentarse. Cinco minutos después, las luces del escenario se prenden y se escuchan los primeros acordes de una guitarra. Los gritos del público se tornan ensordecedores. Alejandro Sanz y la banda que lo acompaña en su gira “Paraíso Tour” hacen su ingreso al escenario. Lo miro y pienso: “Toca para mí”.


Vestido con saco y pantalón de jean plomos, una chalina y polo negros, además de zapatillas, el cantante español que se ha consolidado como uno los principales fenómenos de la balada pop empieza su inolvidable presentación en Perú con “Mi Peter Punk”. Con más de 25 millones de discos vendidos, 15 Grammy Latinos y 2 Grammy Internacionales, y pese a un inconveniente que afectó -en algo- los juegos de luces y el sonido, Sanz dio cátedra de total entrega y talento; y regaló a los peruanos un espectáculo para no olvidar.


Tras el tema “Lo que fui es lo que soy”, Sanz se dirigió a su público: “Buenas noches, cómo va la cosa. Muchas gracias por este recibimiento. Gracias por venir. Esto es una promesa ya: esta noche va a ser especial. Cuando llegué aquí a Perú me recibieron con los brazos abiertos, yo voy a tratar de devolverles el gesto. Perú, te traje flores de colores que parecen bosques”, expresó un sonriente Sanz, mientras algunas de sus seguidoras gritaban y otras lloraban. Fanatismo puro.

CON GIAN MARCO
El espectáculo continuó con “Lo que fui es lo que soy”, “Desde Cuando”, “Viviendo deprisa y “Nuestro amor será leyenda”. Pero fue con “Corazón Partío”, que la noche alcanzó su mejor momento. El cantante español se colocó en el cuello una bandera mitad peruana, mitad española, y sorprendió al mostrar dos huayruros que le obsequió el peruano Gian Marco Zignago.




“Me han regalado dos semillas de la buena suerte, un buen amigo peruano, a quien quiero y admiro mucho. Un buen hombre, comprometido, un gran artista. El señor Gian Marco”, dijo Sanz, para luego invitar al escenario al intérprete nacional con quien cantó “Cuando nadie me ve”. El español y el peruano se entrelazaron en un fuerte abrazo e hicieron gala de un inigualable talento, que el público respondió con creces.
Antes de presentar a los músicos que lo acompañaban, Sanz interpretó: “Quisiera ser”, “Lola Soledad” y “No es lo mismo. Luego vino “Paraíso”, para luego ingresar a los camerinos por unos minutos. Hizo su retorno con un solo de piano al que empalmó los temas “Hembra”, “¿Lo ves?” y otros de su última producción discográfica.

AGRADECIDO CON EL PERÚ
Para la última parte de su presentación, el cantante de 42 años, que goza de una carrera impecable, de un puñado de canciones memorables, y de decenas de éxitos, reservó otra frase para sus seguidores peruanos: “Nos vamos del Perú pero los llevaremos con nosotros a donde quiera que vayamos. Gracias por el cariño, ojalá que nos veamos muy pronto”. Tras ello, la música continuó con: “A la primera persona”, “Mi soledad y yo”, “Amiga mía” y “Si fuera ella”.


Por si fuera poco, Alejandro Sanz hizo unos pasos de flamenco sin música de fondo respondiendo así al pedido de las integrantes de su club de fans oficial en Lima “Por Siempre Juntos”. Luego de ello, decretó el final: “Perú, se acabó el concierto”.

Reunidos en la parte delantera del escenario, el cantautor, sus músicos y coristas gritaron al unísono “Pe-rú!” y se despidieron. Alejandro hizo gala de un gran talento. Respondió al exigente público peruano, solo como un grande sabe hacerlo. De ninguna manera “Nuestro amor será leyenda”, mejor le decimos “Solo se me ocurre amarte”. Vuelve pronto Maestro.

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